Kesha llegó vestida de torera a la gala de los premios Billboard y salió, continuando con el símil taurino, por la puerta grande. El público estalló en aplausos tras su actuación, en la que rindió tributo a Bob Dylan, y no solo por su calidad artística, sino por el significado de esa puesta en escena: su sello discográfico, Sony, y su productor, Dr. Luke —a quien acusa de abusos sexuales— le habían prohibido cantar en la gala. Sin embargo, la cantante, de 29 años, obvió la directriz y logró homenajear a su ídolo. 

"Me hacía mucha ilusión rendir tributo a Bob Dylan versionando su canción It ain’t me, babe, en la ceremonia de los Billboard este año. Me da mucha pena tener que anunciar ahora que no podré hacerlo. Quiero dejar muy claro que el objetivo de mi actuación era homenajear a uno de mis compositores favoritos de todos los tiempos, nunca tuve intención de convertirla en un alegato contra Dr. Luke. No tenía intención de utilizar ninguna fotografía suya, o de hablar de él o de mi situación legal. Lo único que quería era cantar una canción para homenajear a un artista al que siempre he admirado. Gracias a todos por vuestro apoyo", escribió Kesha en su cuenta de Instagram -donde tiene 1,6 millones de seguidores- hace cinco días.

Para sorpresa de todos, la intérprete consiguió anoche su objetivo. Acompañada de un piano y un violín, Kesha protagonizó uno de los momentos más emocionantes de la noche. Muchos en la industria de la música se preguntan si cambiará su estilo marchoso por otro más sosegado, como el del autor de Blowin' in the Wind. "Estoy muy agradecida por esta noche y porque la organización de los Billboard Awards me haya dejado cantar. Es mi manera de orar. Es mi terapia. Llega literalmente a los rincones vírgenes de mi alma. Gracias por tanto a mis fans. Gracias por cubrirme mi espalda de una manera que nadie lo había hecho antes", ha afirmado este lunes la estadounidense en su red social



Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/05/23/estilo/1463996256_870645.html

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