A un año de haber protagonizado uno de los momentos más polémicos en la historia de los VMAs con un explícito Twerking en la entrepierna de Robin Thicke, la cantante Miley Cyrus sorprendió con un noble gesto en la edición 30 de los MTV Video Music Awards.
Al ser ganadora del "Moonman" por el Mejor Video del Año (Wrecking Ball), la cantante decidió dejar su oportunidad en el micrófono a un joven que la acompañaba, el cual se identificó como Jesse y dijo ser un homeless (sin techo).
Ante la sorpresa del presentador del premio,Jimmy Fallon, Jesse contó que formaba parte de una asociación de jóvenes sin techo y llamó a la conciencia diciendo que "en la industria de la música se gana mucho dinero, millones de dólares mientras en las calles hay gente sin hogar que no tiene qué comer".
De esta forma, pidió a la gente que ingrese a las redes sociales de Miley Cyrus para apoyar la campaña #MyFriendsPlace en la que donando 5 dólares, podrían entrar al sorteo de un viaje a Brasil con Miley Cyrus.

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