Taylor Swift es una persona de armas tomar, capaz de romper una amistad casi por cualquier cosa que pueda considerar una ofensa, y, por supuesto, devolver al golpe en forma de canción para escarnio público del quien considere su adversario en ese momento. Famosos son sus enfrentamientos con otros rostros conocidos del mundo de la canción como Kanye West, Nicki Minaj o Calvin Harris. Pero una de sus enemistades más sonadas de Swift era con su colega Katy Perry. Al parecer Perry tras su viaje al Vaticano (apretón de manos con el Papa Francisco incluido) ha decidido hacer propósito de enmienda y arreglar las cosas con la cantante country.

Para enterrar el hacha de guerra Perry se decidió a enviar un curioso paquete a la de Pensilvania que incluía una carta manuscrita y una rama de olivo. Y cómo no, esta reconciliación se retransmitió casi en directo por Instagram, donde Swift tiene 107 millones de seguidores. “Pues he vuelto a mi camerino y me he encontrado esta rama de olivo” narraba la compositora de Bad Blod, “esto significa mucho para mí” concluía. En el vídeo se puede ver el paquete enviado por Perry y también se atisba una parte de la carta manuscrita con la que la novia de Orlando Bloom se decidía a pedirle perdón. “Hola vieja amiga, he estado reflexionando sobre las pasadas malas interpretaciones y sentimientos heridos entre nosotras. Me encantaría arreglar las cosas”.

Pero si realmente quieren poner punto final a esta enemistad las artistas van a tener que arreglar muchas cosas ya que llevan casi 5 años de peleas y mensajes ocultos en las letras de sus canciones. Todo comenzó en 2012-2013 durante la gira Red de Swift, fue durante ese tour cuando Perry, supuestamente, le robó tres bailarines, o al menos esa es interpretación de los hechos de la cantante de Shake it off. Algo que nunca ha quedado claro ya que la versión que Perry narró durante un Carpool Karaoke con James Corden es bastante diferente. “Había tres bailarines que se iban con ella de gira, pero antes me pidieron permiso para hacerlo. Yo les dije: ‘claro, ahora mismo no tengo disco, así que conseguid el trabajo, ella mola y todo eso. Pero tendré disco en más o menos un año, así que aseguraos de poner una cláusula de aviso de 30 días en el contrato, en caso de que queráis volver conmigo cuando diga que regreso. Ese año pasó y les mandé un mensaje a todos porque son muy cercanos a mí y les dije: ‘mirad, solo para vuestra información, voy a empezar’. Ellos dijeron: ‘vale, vamos a hablar con el management sobre ello’. Lo hicieron y les despidieron. Intenté hablar con ella sobre el tema y no quiso hablar conmigo. Se cerró en banda por completo”, explicaba.

Aunque este fue el punto de partida ambas han ido echando cada vez más leña al fuego a lo largo de estos años. El siguiente paso lo dio Swift con su canción Bad Blood, es muy común que la de Pensilvania responda a todas sus afrentas personales mediante la música para que se entere todo el mundo, en esta ocasión la letra era muy clara, aunque nunca mencionaba a Perry de manera directa. De hecho, en una entrevista con la revista Rolling Stone Swift intentaba echar balones fuera sobre los rumores que apuntaban que su nuevo éxito era un dardo contra su examiga: “Durante años, nunca estuve segura sobre si éramos amigas o no. Se me acercaba en las entregas de premios y me decía algo y se iba, y yo pensaba: ‘¿somos amigas o me acaba de soltar el insulto más cruel de toda mi vida?’ Me hizo algo terrible. Pensé ‘oh, somos enemigas’. ¡Y ni siquiera era por un tío! Tenía que ver con el trabajo. Básicamente trató de sabotearme una gira entera. Intentó contratar a un montón de gente de mi equipo sin que me enterara. Y sorprendentemente yo no soy una persona conflictiva, no te creerías cuánto odio las disputas. Así que ahora tengo que evitarla. Es incómodo, y no me gusta”.

Para no gustarle el conflicto, Swift se negaba a escuchar lo que no le interesa o lo que le quita la razón y se enroca en su posicionamiento. Lejos de sentarse a dialogar con Perry o atender a la explicación de los bailarines a los que despidió, algo que podría haber terminado el conflicto hace mucho tiempo, se enzarzó en una pelea que parecía no tener fin y que aderezó con numerosos ataques a Perry tanto durante sus conciertos como en redes sociales. Tal fue la repercusión de la pelea entre las artistas que sus seguidores llegaron a crear los hashtags #teamTaylor y #teamKaty para dejar claras sus posiciones. Parece que a partir de ahora Swift tendrá que buscar otra diana para sus dardos musicales, aunque con su larga lista de enemigos parece que trabajo, e inspiración, no le faltará

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/05/09/gente/1525859674_521305.html

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