Después de una intensa semana se música, el festival Mawazine llegó a su fin siendo Alicia Keys la encargada del cierre, la cantante logró un lleno total en la noche de Rabat de soul.
Vestida con un sencillo conjunto negro de pantalón de cuero y una camiseta de tirantes más una malla -indumentaria que no se cambió en todo el concierto-, y con el cabello recogido en una trenza, Keys prestó su inmensa voz para interpretar temas de soul y pop para un público que desconocía la mayor parte de su obra.
Sonaron en esta noche New York, Baby Baby, No One, Girl On Fire, Tears Always Win, Listen To Your Heart o Every Time You Hold Me, y Keys alternó las baladas sentada al piano con los ritmos más rockeros de pie en el escenario, haciendo participar al público con palmas y coros.
La orquesta de Keys estaba formada exclusivamente por músicos negros, así como sus dos coristas, parte fundamental de su espectáculo, lo que sin duda daba una tonalidad más soul al espectáculo de esta artista por la que corre sangre negra y blanca.

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